¿Quién era Caperucita Roja? Todas las
referencias sobre Caperucita Roja tienen un contenido sexual, incluso en la
versión infantil, cuya protagonista es una exuberante bailarina que seduce a un
lobo “hambriento”. Caperucita se convierte en una adolescente que se deja
seducir por el lobo, pero la intención de Perrault era precisamente la
contraria: advertir a las jóvenes ingenuas de lo dañinos que son los lobos,
especialmente aquellos que hablan con voz suave y tienen la piel sedosa, y que
son los más peligrosos de todos.
Pero mi versión es muy distinta y si quieren escucharla, con gusto se la contaré.
Alejado del pueblo, allá cerca de un
bosque en Galicia, vivía un hombre solo, temido por los aldeanos, pues se decía
que en sus tiempos mozos había cometido no se sabe qué fechoría.
Aquella mañana, cuando Caperucita se
levantó, no de muy buen talante, y
después de una pequeña discusión con su madre, dijo:
“Estoy harta de que me llamen
Caperucita, ya no soy tan niña, cumpliré pronto 17 años y me gustaría salir de esta aldea y ver mundo y conocer
gentes”, por lo que corrió, y corrió, adentrándose por aquel bosque en que
vivía el malvado hombre, al que llamaban “el lobo”, por las historias que de
él contaban, pero, ….resultó que el lobo
no era tan fiero como lo pintaban.
Cuando se encontró con él le preguntó
¿Quién eres? Me llaman Caperucita, pero
prefiero que me digan Marutxa, que es mi nombre. ¿Y tu?
- Me llaman el bandido Fendetestas,
pero en realidad soy un pobre hombre que me he retirado de ese mundo, que no me
gusta, y prefiero que me tengan miedo
para que así me dejen en paz los aldeanos.
-
Pues
yo, me he escapado de mi casa, porque no sé nada de la vida, me gustaría
conocer nuevas gentes y otras cosas, pues aquí me moriré en la ignorancia.
- Quédate conmigo y yo te enseñaré.
Pronto la llevó a la gran ciudad. Allí
le enseñó los barrios pobres, en los que vivían gentes con miseria, entre
basuras, niños sin escolarizar, jóvenes desmotivados, sin trabajo ni ilusión,
dados a las drogas, viejos abandonados.
No me gusta esto,dijo Marutxa.
Pues te llevaré a otro barrio. Y la llevó a uno muy lujoso, donde se veían grandes chalets y
jardines bien cuidados. Allí vió grandes banqueros, sin escrúpulos,
especuladores que hacían fortunas con la desgracia ajena, promotores de
desahucios, traficantes de armas que vendían a países en guerra, gentes con
camisas blancas y corazones negros.- Estos, son potentados y grandes señores, le dijo, y con ser tan poderosos y ricos son los mas miserables de la tierra.
- Esto, tampoco me gusta, dijo
Marutxa.
La llevó a un barrio obrero, donde vivía
gente sencilla y trabajadora. Se asomaron a la casa de una familia feliz,
de clase media, ni ricos ni pobres, que cuidaban de sus hijos, acomodándose a
sus posibilidades, disfrutando de lo
que tenían, y compartiendo con sus
vecinos preocupaciones y fiestas.
- Esto ya es otra cosa, me gusta, es lo que quiero.
Bien, le dijo, yo te enseñaré el arte del
amor, en todos los sentidos. Viviremos juntos, haremos que los vecinos nos
respeten y quieran, dejando atrás todos los embustes que se han vertido sobre
“el lobo” y seremos la envidia de aquellos que nos difamaron, viviendo felices,
siendo un ejemplo de honestidad y generosidad.
Así es como, volviendo a la aldea, reconciliándose con la madre de Marutxa, trabajando la tierra y criando a sus hijos vivieron felices muchos años.
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