martes, 12 de febrero de 2013

Caperucita Roja (Versión Ángeles Cañas)

                              CAPERUCITA ROJA
 
          ¿Quién era Caperucita Roja? Todas las referencias sobre Caperucita Roja tienen un contenido sexual, incluso en la versión infantil, cuya protagonista es una exuberante bailarina que seduce a un lobo “hambriento”. Caperucita se convierte en una adolescente que se deja seducir por el lobo, pero la intención de Perrault era precisamente la contraria: advertir a las jóvenes ingenuas de lo dañinos que son los lobos, especialmente aquellos que hablan con voz suave y tienen la piel sedosa, y que son los más peligrosos de todos.
 
         Pero mi versión es muy distinta y si quieren escucharla, con gusto se la contaré.

          Alejado del pueblo, allá cerca de un bosque en Galicia, vivía un hombre solo, temido por los aldeanos, pues se decía que en sus tiempos mozos había cometido no se sabe qué fechoría.

          Aquella mañana, cuando Caperucita se levantó, no de muy buen talante,  y después de una pequeña discusión con su madre, dijo:

          “Estoy harta de que me llamen Caperucita, ya no soy tan niña, cumpliré pronto  17 años y me gustaría salir de esta aldea y ver mundo y conocer gentes”, por lo que corrió, y corrió, adentrándose por aquel bosque en que vivía el malvado hombre, al que llamaban “el lobo”,  por  las historias que de él contaban, pero, ….resultó que  el lobo no era tan fiero como lo pintaban.

          Cuando se encontró con él le preguntó ¿Quién eres?  Me llaman Caperucita, pero prefiero que me digan Marutxa, que es mi nombre. ¿Y tu?

          - Me llaman el bandido Fendetestas, pero en realidad soy un pobre hombre que me he retirado de ese mundo, que no me gusta,  y prefiero que me tengan miedo para que así me dejen en paz los aldeanos.  

-       Pues yo, me he escapado de mi casa, porque no sé nada de la vida, me gustaría conocer nuevas gentes y otras cosas, pues aquí me moriré en la ignorancia.

          - Quédate conmigo y yo te enseñaré.

          Pronto la llevó a la gran ciudad. Allí le enseñó los barrios pobres, en los que vivían gentes con miseria, entre basuras, niños sin escolarizar, jóvenes desmotivados, sin trabajo ni ilusión, dados a las drogas, viejos abandonados.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     
          No me gusta esto,dijo Marutxa.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     
          Pues te llevaré a otro barrio.  Y la llevó a uno muy lujoso, donde se veían grandes chalets y jardines bien cuidados. Allí vió grandes banqueros, sin escrúpulos, especuladores que hacían fortunas con la desgracia ajena, promotores de desahucios, traficantes de armas que vendían a países en guerra, gentes con camisas blancas y corazones negros.

          -  Estos,  son potentados y grandes señores, le dijo, y con ser tan poderosos y ricos son los mas  miserables de la tierra.

          - Esto, tampoco me gusta, dijo Marutxa.

          La llevó a un barrio obrero, donde vivía gente sencilla y  trabajadora.  Se asomaron a la casa de una familia feliz, de clase media, ni ricos ni pobres, que cuidaban de sus hijos, acomodándose a sus posibilidades,  disfrutando de lo que tenían,  y compartiendo con sus vecinos preocupaciones y fiestas.

          - Esto ya es otra cosa,  me gusta,  es lo que quiero.

          Fendetestas, que en realidad se llamaba Toxo , estaba enamorado de aquella “Caperucita” por su inocencia y buenos sentimientos.
 
          Bien, le dijo, yo te enseñaré el arte del amor, en todos los sentidos. Viviremos juntos, haremos que los vecinos nos respeten y quieran, dejando atrás todos los embustes que se han vertido sobre “el lobo” y seremos la envidia de aquellos que nos difamaron, viviendo felices, siendo un ejemplo de honestidad y generosidad.

          Así es como, volviendo a la aldea, reconciliándose con la madre de Marutxa, trabajando la tierra y criando a sus hijos vivieron felices muchos años.

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