Los gnomos de las montañas.
“Los gnomos que hay en las montañas, hacen de noche sus
hazañas, el pastor duerme y no los ve. Antes que empiece a amanecer se reúnen
con las hadas y saltan y bailan con placer. Juegan con las estrellas y tejen
coronas de luces con ellas.”
Una noche en que las cabras y ovejas detectaron algún
movimiento, pusieron en alerta al pastor y su perro, (los animales tienen un
sentido muy agudo del oído y el olfato), por lo que éste, haciéndose el dormido
pudo ver la fiesta de las hadas y los gnomos.
Cantaban y bailaban alrededor de una hoguera, celebraban el
encuentro de una veta de oro en sus minas. Dicen que los gnomos son los amos de
la tierra, y bajo ésta trabajan encontrando tesoros, que guardan con mucho celo.
El pastor, fingiendo que estaba dormido, se enteró de todo
lo que había en el entorno de las hadas y los gnomos, pero de ninguna manera
quiso interferir en sus cánticos y fiestas. Una noche, que fue descubierto,
quisieron vengarse de él, ¡a la hoguera, a la hoguera!, gritaban los gnomos, a
la hoguera, y llevándole hasta el fuego quisieron matarlo. Pero…. ¿qué paso?
Pues que al resplandor de la hoguera vieron su corazón. Era bueno, puro,
amable, sin rencor a pesar de la vida dura que llevaba, y.. reunidos los gnomos en asamblea decidieron,
además de perdonarle la vida, hacerle de los suyos, y darle parte de su tesoro,
por lo que la vida del pastor y la de su familia se hizo más fácil y agradable.
Los vecinos, muertos de envidia, viendo el cambio en la vida de aquel pastor, que nada tenía, y se
preguntaban ¿Cómo habrá sido? ¿Habrá
encontrado algún tesoro en aquel bosque?.
Por supuesto, el pastor nunca dijo nada, de acuerdo con sus amigos los gnomos, pero los vecinos, sospechosos, quisieron investigar, corrieron al bosque buscando, talando ramas y árboles. Indignados los auténticos dueños, los gnomos, una noche les dieron un terrible susto, con voces de ultratumba. Uaaa … UUaa… Los vecinos corrieron enloquecidos, creyendo que el bosque estaba encantado, por lo que no volvieron a molestar al pastor ni a sus amigos los gnomos, que siguieron cantando y bailando hasta el amanecer, tejiendo coronas de estrellas y guardando sus tesoros.
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