LA BOTELLA VERDE
Había una vez un anciano.Se llamaba Jacobo.Tenía una fábrica de cristal.Lo que más le gustaba fabricar eran botellas, pues pensaba que eran lo que más se necesitaba para la vida diari;los jarrones y otros objetos adornaban los hogares, pero sin botellas no se podía vivir.
Vivía
en un pequeño pueblo al lado del mar.Él fabricaba las botellas y luego en una
barca las transportaba a los demás pueblos, pues la carretera estaba siempre en
mal estado.
Un
día se dirigía a un pueblo muy alejado del suyo.Cargó la barca con las botellas
que tenía que entregar y se hizo a la mar.Hacía un día delicioso. la barca se
deslizaba sobre las aguas tranquilamente, alrededor los delfines saltaban y
daban grititos contentos y felices.
Comenzó
a remar con más fuerza, pues la vela no era suficiente, pero no avanzaba
demasiado.Los nubarrones se acercaban muy deprisa y el mar empezaba a
encresparse peligrosamente Las fuerzas le fallaban y la vela se rasgó. ¡Qué voy
a hacer, no puedo aguantar más!
De
pronto le pareció ver a los lejos entre los relámpagos una pequeña isla. Voy a
intentar acercarme a la isla.Parece que las olas rompen en la orilla; espero
que el mar me vaya empujando hacia allí.
Fueron
unos momentos muy duros. Jacobo no podía ver.La lluvia le azotaba la cara.Se
hizo totalmente de noche...Solamente veía cuando iluminaban los relámpagos.
De
repente le pareció notar que el casco de la barca chocaba con algo. Me parece
que hemos tocado tierra.Bajó como pudo de la barca, ya que el viento no le
dejaba moverse.
Sí,
estamos en una playa, debe ser la isla que he visto antes, tengo que bajar mis
botellas, el mar azota y las podría romper.Se puso inmediatamente a llevar a la
playa la caja que contenía las botellas.
Estaba
tan cansado que se quedó dormido.Al cabo de un tiempo notó cómo el sol le
calentaba...Y se despertó.
A
su alrededor todo era tranquilidad; el mar vvía a ser un espejo y el cielo
estaba totalmente azul y radiante.
¿Qué
voy a hacer? No tengo nada que comer.Hay que salir de aquí.No me buscará nadie,
porque no he dicho hacia donde me dirigía.
Pensando,
pensando, se puso a mirar las botellas.Y si hago unos mensajes de socorro, los
meto en las botellas y las lanzo al mar, alguien los encontrará y me ayudará.
Sacó
de un bolsillo de su chaquetón un cuaderno y un lápiz y empezó a escribir con
entusiasmo mensaje tras mensaje.
Bueno,
están listos los mensajes.Ahora ,a meterlos en las botellas.Se dirigió a la
caja de las botellas y empezó a alinearlas en la arena.Había botellas de
diversas formas y colores; quedaban preciosas con los rayos del sol dándolas
directamente...Cogió la primera botella:era amarilla y redondita, muy bonita.
Cuando le quitó el tapón para introducir el mensaje, escucha una voz: ¡Pero qué
vas a hacer, piensas meterme ese mensaje y lanzarme al mar! ¡Ni se te ocurra,
podría ahogarme...Y soy tan bonita!
¿Qué
es esto? ¡Una botella que habla, es increíble!.Mira, no te pasará nada,
flotarás y flotarás hasta llegar a una playa.Y ¡que alguien te recoja, lea el
mensaje y venga en mi ayuda!
Ni
se te ocurra...Me podría comer algún pez.No, no, no y no.Ya pasará algún barco
cerca y nos salvará a todos.
Bueno,
si tú no quieres ir al agua, te quedarás conmigo; pero a tus hermanas seguro
que no las importa.
¿Qué
dices? ¿Estas bobo?...¿Ir nosotras al agua y exponernos a mil peligros? ¡Ni lo
pienses.Nosotras aquí contigo, calentándonos al sol.Ya vendrá alguien.No hay
prisa!
¡Sois
unas cobardes y desagradecidas!, Jacobo se ha esforzado en crearnos bonitas,
para que ayudemos a las personas y seamos felices ,y ahora que nos necesita le
queréis abandonar a su suerte ¡Qué vergüenza!
Puedes contar conmigo. Metedme el mensaje y lanzadme al mar. Dijo una
estilizada botella verde.
Gracias.¡Que
bien te puse el color “verde esperanza!. la metió el mensaje, cerro bien el
tapón, le dio un fuerte beso y la lanzó al mar, ¡Suerte,querida botella!
Las
demás botellas dijeron:¡Es una tonta!¡Nosotras aquí tan bien, tomando el
sol...!
La
botella verde empezó a flotar por el mar.Se cruzaba con multitud de peces de
colores, calamares.Un tiburón la quiso comer, pero ella huyó rápidamente. De
repente oye una voz que dice: ¡Una botella, que color tan bonita, me la
quedaré...!
¿Quién
habla?, dijo la botella al oír una voz cristalina a su lado, ¡Pero si es una
sirena!, dijo sorprendida.
¿Dónde
vas por este océano? Es muy grande y tú eres muy pequeñita. Preguntó la sirena,
.-Tengo
que llevar un importante mensaje a una playa, para que salven a Jacobo y a mis
hermanas...Han naufragado y están en una isla lejana.
Siendo
así, no te preocupes.Yo misma te llevaré hasta la playa para que no te ocurra
nada malo.Dicho y hecho:la sirena la tomó en sus manos y empezó a nadar a gran
velocidad.Cuando llegaron a una playa la depositó con cuidado en la arena para
que alguien la encontrara. Adiós, botellita. Que tengas suerte y te encuentren
pronto. Adiós, sirena.Muchas gracias.
Por
un extremo de la playa aparecieron un grupo de chicos y chicas, corriendo. Al
llegar a la altura de la botella, dice una de las chicas: ¡Mirad, una botella!.
Parece que tiene un mensaje en su interior...Miremos.
Abren
la botella y leen el mensaje. ¡Tendremos que llevar el mensaje a la policía,
para que rescaten al naufrago! Así lo hicieron. La policía mandó un barco a buscar
a Jacobo...Lo rescataron junto a las botellas, aunque habían sido malas y
cobardes. Jacobo dijo que él las había creado, y las quería.
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