viernes, 22 de noviembre de 2013

EL PODER DE LA MENTE (Sonsoles)


EL PODER DE LA MENTE (Sonsoles Martín)
Laura pronto iba a cumplir los cinco años y por fin llegaba el momento de comenzar la etapa escolar.
El parvulario estaba en los bajos de una vieja mansión señorial que se habían adecuado para el caso.
El primer contacto con la escuela, le causó muy buena impresión,
la profesora, Dña. Margarita, la acogió cariñosamente y se incorporó sin dificultad al resto del alumnado, adaptándose como uno más con todos los compañeros, algunos de los cuales, todavía recuerda.
En la mañana aprendían a leer, escribir y los números, pero la tarde la dedicaban a jugar con rompecabezas, ensartar cuentas de colores, ó emparejar cromos de animales con su nombre.
Sobre la mesa de la profesora siempre había una campanilla, un timbre manual y una "chasca".
Cuando finalizaban las vacaciones y regresaban a la actividad escolar, Dña. Margarita traía dulces y chocolates para todos los niños.
Un día que Dña. Margarita tuvo una inaguantable emergencia y se ausentó del aula, encargó a Laura que durante su ausencia, cuidara de la clase, para que no hubiera alboroto. Laura que desde muy pequeña era muy responsable, se tomó muy en serio la tarea encomendada.
Manolo que era uno de los niños más traviesos, no se portaba como el momento requería y Laura cogió la "chasca" para hacerla sonar y pedir silencio, pero la "chasca" se le cayó de la mano y la madera se abrió.
¡Vaya susto! ¿Qué le iba a decir a la maestra cuando volviera? Así que con mucho cuidado colocó la "chasca" sobre la mesa, como si nada hubiera pasado y mentalmente pidió a los duendes que con sus poderes, solucionaran aquel desaguisado antes que llegara la Seño.
Dña. Margarita apareció por la puerta, venía rodeada de una colección de duendes, invisibles a los ojos de los humanos, solamente los veía Laura, puesto que era ella, quien los había invocado para pedir su ayuda.
Rápidamente los duendecillos se pusieron a ello, pues el tiempo apremiaba y la maestra estaba a punto de llegar a la altura de su mesa.
Al fin Laura se tranquilizó, observando, como los duendes se retiraban, después de haber terminado su trabajo.
Y cuando Dña. Margarita volvió a utilizar la "chasca", para pedir silencio estaba intacta, como si nunca hubiera sido reparada.
Y colorín colorado este cuento, basado en una historia real, se ha acabado.
SONSOLES MARTIN JIMENEZ
CHASCA: Especie de caja de madera de forma ovalada y unidas las dos partes iguales, por unas pequeñas bisagras, que permiten abrir y cerrar para que suene a modo de castañuela.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario